El actor creció como uno de cinco hermanos con un padre soltero y disfrutó de un éxito considerable como estrella adolescente en Hollywood cuando se despertó el día de su 25 cumpleaños y ‘no se sentía bien’, así que se hizo un tatuaje simbólico como una promesa para cambiar.
Chad Michael Murray aspiraba a convertirse en “la mitad de hombre” que su padre.
El actor, de 43 años, creció como uno de cinco hermanos con un padre soltero y disfrutó de un éxito considerable como estrella adolescente en Hollywood cuando se despertó el día de su 25 cumpleaños y “no se sentía bien”, así que se hizo un tatuaje simbólico como forma de prometerse a sí mismo que cambiaría.
Durante la última emisión del programa ‘The Drew Barrymore Show’, reveló: “Mi padre fue padre soltero y siempre me dije a mí mismo que si podía ser la mitad de hombre que él, entonces lo estaba haciendo bien. Y mi padre, que Dios le bendiga, era controlador aéreo y trabajaba a tiempo completo. Estábamos en bancarrota y él sólo llegaba a fin de mes, sólo para poner comida en la mesa. Eso siempre estará ahí, siempre estará en mi corazón. Fue mi 25 cumpleaños y no me sentía bien. Ese día tomé una decisión: me hice un tatuaje. Me basé en la fe y ese fue el primer paso. Es una cruz y la idea de que puede ser lo que tú quieras ser. Empecé a rodearme de gente mayor a la que respetaba, que había vivido su vida y había cometido errores en el camino, y empecé a intentar parecerme un poco más a ellos y a ver sus espíritus joviales rebotando por ahí, y tomé muchas decisiones diferentes. ¿Eso me alejó de mucha gente? Oh, sí”.
El ex protagonista de ‘Gilmore Girls’ -que ahora está casado con Sarah Roemer y tiene dos hijas pequeñas y un hijo con ella- reflexiona ahora sobre sus valores como padre e insistió en que no hay nada mejor que sentirse contento por la noche.
Y añadió: “Lo hacía por mi futura esposa y mis hijos. Lo hacía porque quería ser un gran marido y un gran padre. La mejor sensación que puedes tener por la noche. Normalmente me despierto al día siguiente y pienso: ‘¿Qué he dicho?’. Pero me gusta bajar la cabeza y sentirme agradecido por el día, y agradecido por el momento y decir: ‘Eh, lo hemos dado todo’. Podría hacer mejor el ABCD, especialmente como padre”.