La supermodelo de 54 años de edad, admitió que su enfoque cambió después de que se casó con Matthew Vaughn y tuvieron sus tres hijos, Casper, ahora de 21 años, Clementine, de 19, y Cosima, de 14, ya que se convirtió en menos ‘competitiva’.
Claudia Schiffer es feliz de haber puesto su carrera en segundo lugar.
La supermodelo de 54 años de edad, admitió que su enfoque cambió después de que se casó con Matthew Vaughn y tuvieron sus tres hijos, Casper, ahora de 21 años, Clementine, de 19, y Cosima, de 14, ya que se convirtió en menos “competitiva”, y aunque sabe que todavía podría reservar más puestos de trabajo si quisiera, está contenta con el equilibrio que ha logrado en su vida.
Recientemente declaró a la revista británica HELLO!: “Cuando tenía 20 años y viajaba por todo el mundo, me centraba en mi carrera: trabajar duro, ser competitiva y llegar a lo más alto. Eso cambió cuando tuve hijos, y ahora me siento afortunada de tener una familia tan maravillosa. Estoy orgullosa de mis hijos, tienen los pies en la tierra y su bienestar es mi prioridad y la de mi marido. Podría aceptar muchas más pasarelas, sesiones de fotos y otros proyectos, pero mantener un equilibrio que me permita pasar tiempo de calidad con mi familia y estar ahí cuando me necesitan es mucho más importante para mí que hacer una nueva gran campaña”.
Claudia fue una de las supermodelos originales y, aunque reconoce que su posición en la industria de la moda fue “revolucionaria”, no fue hasta mucho después cuando comprendió lo especial que fue aquella época.
Indicó: “La década de 1990 fue testigo del auge de las supermodelos, pero también de la aparición de la cultura del estilo y de una creatividad intrépida. Una oleada de jóvenes talentos cambió radicalmente nuestra forma de ver la moda y el diseño. Antes, las modelos se clasificaban en modelos de pasarela, comerciales o editoriales, pero como supermodelos traspasamos esas fronteras y nos convertimos en nombres conocidos que representaban el éxito logrado por nosotras mismas. Estábamos a la vanguardia de todo y todo lo que queríamos lo hacíamos realidad, lo que fue revolucionario para la industria. Apenas me tomaba un día libre, viajando constantemente por todo el mundo, pero también era muy divertido. Sólo cuando me casé y más tarde me embaracé, fui a un ritmo más lento, pude mirar atrás de verdad y apreciar lo especiales que fueron los 90, a diferencia de cualquier otra década”.