Lena Dunham sintió que su cuerpo era ‘inaceptable’ en sus primeros días de fama

La actriz de 38 años encontró el éxito cuando creó, escribió y protagonizó la serie de HBO, ‘Girls’, pero en su 13º aniversario el miércoles (30.04.25), tomó las redes sociales para reflexionar sobre la ‘pesadilla’ que vino con estar en el centro de atención.

A Lena Dunham le hicieron sentir que su cuerpo era “inaceptable” en sus primeros días de fama.

La actriz de 38 años encontró el éxito cuando creó, escribió y protagonizó la serie de HBO, ‘Girls’, pero en su 13º aniversario el miércoles (30.04.25), tomó las redes sociales para reflexionar sobre la “pesadilla” que vino con estar en el centro de atención.

Ella escribió en Instagram: “A los 25 años, no te das cuenta de lo niño que eres (para cualquier persona de 25 años que esté leyendo esto, no importa lo mucho que hayas hecho o visto, ¡siento informarte de sigues siendo muy joven!). Me sentía, a todos los efectos, como si supiera moverme, pero era un cervatillo, tembloroso, inseguro en el suelo helado del bosque. Los comentarios que me llegaban -al menos los que yo podía oír- eran sobre todas las formas en que ese joven cuerpo era inaceptable. Por un lado, era una pesadilla porque confirmaba todo lo que creía saber, confirmaba todos los fantasmas de séptimo curso que vivían en mi cabeza. Pero también me obligó a aceptar, rápida y agradecidamente, las formas en que vivir en un cuerpo es bailar constantemente con nuestro miedo y asco colectivos a la falibilidad, la mortalidad y la imperfección. No hay casi nada que nos asuste más que la verdad de lo que son nuestros cuerpos, y que -incluso con todas estas herramientas modernas- su destino está tan a menudo fuera de nuestro control”.

Sin embargo, la estrella de ‘Treasure’ está “agradecida” por todo al darse cuenta de que, aunque su cuerpo ha sido “objeto de desprecio”, empezó a creer que el aspecto no es importante.

Dijo: “No sabía lo agradecida que llegaría a estar por todo. Gracias a los años que he pasado en la sección de comentarios, los cambios en mi forma humana -envejecimiento, enfermedad, arañazos y cicatrices- no me han afectado tanto como podrían haberlo hecho. Este cuerpo ya había sido objeto de desprecio, así que el resto del camino se allanó ante mí. Ya no creo que ser más delgada, más alta o estar más morena me salvará. Ninguna mascarilla para el pelo ni calzoncillos de control vienen a luchar en mi favor. Me alertaron de que el único escudo que tenemos es nuestra voz, nuestro arte, nuestros sueños, nuestras relaciones”.