Gillian Anderson teme que el problema de los sin techo en el Reino Unido empeore aún más

La actriz de 56 años interpreta a una mujer sin hogar en su nueva película, ‘El camino de la sal’, y teme que el problema empeore si el Reino Unido entra en recesión.

Gillian Anderson teme que el problema de los sin techo en el Reino Unido empeore aún más.

La actriz de 56 años interpreta a una mujer sin hogar en su nueva película, ‘El camino de la sal’, y teme que el problema empeore si el Reino Unido entra en recesión.

Gillian -que nació en Chicago, pero ahora vive en Londres- declaró a Sky News: “Estoy acostumbrada a verlo tanto en Vancouver y California y otras zonas en las que he pasado tiempo. No se suele ver tanto en el Reino Unido”.

La actriz cree que la pandemia del COVID-19 marcó un punto de inflexión en el problema de los sin techo en el Reino Unido.

Explicó: “Ahora es cada vez más frecuente desde el COVID y la actual situación financiera del país y de todo el mundo. Es un tema que creo que estará cada vez más en el punto de mira de la gente, sobre todo si acabamos entrando en recesión”.

Gillian insistió anteriormente en que no renunciará a su pasaporte estadounidense, a pesar de llevar más de dos décadas viviendo en el Reino Unido.

A la estrella de ‘Expediente X’ le encanta vivir en Londres, pero también se siente orgullosa de sus raíces americanas.

Gillian declaró al periódico The Guardian en 2024: “Siento que mis células son estadounidenses y mi alma es británica. Así que si me piden que renuncie a mi pasaporte americano, diría que no me parece bien, no. Por supuesto que no. Soy estadounidense. ¿Y si me pidieras que dejara de vivir en el Reino Unido? Diría que aquí es donde me siento más cómoda, comprendida, aceptada”.

Antes de eso, Gillian admitió que a menudo se desliza entre un acento británico y americano.

La actriz declaró al periódico Daily Telegraph: “Va y viene porque crecí en ambos lugares, así que depende de con quién esté hablando. Normalmente, cuando hablo con británicos, me pongo británica, y viceversa cuando hablo con estadounidenses. A veces lo hago conscientemente, porque sé que a alguien le va a molestar. Incluso por teléfono mi acento cambia. Una parte de mí desearía poder controlarlo, pero no puedo. Me deslizo hacia uno u otro. Cuando me mudé a Estados Unidos intenté aferrarme a mi acento británico porque me hacía diferente”.

Close Bitnami banner
Bitnami