Una nueva biografía del rey Carlos niega las afirmaciones de que Trump hizo esperar a la reina británica en el Castillo de Windsor en 2018 tras llegar tarde y que caminó delante de ella mientras inspeccionaba a la Guardia de Honor.
La reina Isabel y Donald Trump tenían una “relación genuina”.
El libro de Craig Brown, A Voyage Around The Queen, sugirió el año pasado que la fallecida monarca británica creyó que el presidente de Estados Unidos fue “muy grosero” cuando ella lo recibió durante su reinado, pero una nueva biografía del rey Carlos niega las afirmaciones de que Trump la hizo esperar en el Castillo de Windsor en 2018 tras llegar tarde y que caminó delante de ella mientras inspeccionaba a la Guardia de Honor.
El autor real Robert Hardman escribió en Charles III: The Inside Story: “Trump no hizo nada malo. Llegó exactamente a la hora. Fue la reina quien salió temprano porque quería revisar el estrado y las escaleras, que siempre eran una preocupación en esa etapa de su vida. Hay que recordar que éste fue su primer gran evento desde que el Duque de Edimburgo se retiró de sus funciones públicas el año anterior. Quería hacerlo bien. Era lo mismo inspeccionar a las tropas. Durante todo su reinado, era el duque quien acompañaba al visitante para realizar la inspección, y ella no lo había hecho antes. Y Trump hizo lo correcto. Al visitante siempre se le invita a pasar primero, y ella tuvo que hacerle un gesto para que pasara primero. Los anti-Trump estaban decididos a encontrar un paso en falso. No lo hubo”.
Un miembro del personal de la Reina recordó cómo la monarca, que murió a los 96 años en 2022, y Trump, de 79 años, se unieron por sus raíces escocesas.
El miembro del personal real es citado en el libro, que se publica por entregas en el periódico Mail on Sunday, diciendo: “No fueron solo conversaciones triviales. Hablaron de cuestiones políticas. Fue encantador y se comportó de maravilla en todo momento”.
Se dice que la Reina quedó sorprendida por la energía ilimitada de Trump.
El miembro del personal añadió: “Subía y bajaba las escaleras a saltos. Cuando Joe Biden llegó tres años después, tuvimos que ponerlo en el viejo y destartalado ascensor eduardiano”.
El libro de Brown afirma que la monarca se quejó del comportamiento del presidente ante un invitado a un almuerzo unas semanas después de una de sus visitas al Reino Unido.
El autor explicó: “A lo largo de su reinado, Su Majestad entretuvo a muchos líderes extranjeros controvertidos, incluidos Bashar al-Assad, Robert Mugabe, Idi Amin, Donald Trump, el emperador Hirohito y Vladimir Putin. Es posible que su compañía no le resultara agradable; al partir, tal vez incluso expresó una discreta palabra de desaprobación. Unas semanas después de la visita del presidente Trump, por ejemplo, le confesó a un invitado a un almuerzo que lo creía ‘muy grosero’: le disgustaba especialmente que no dejara de mirarla por encima del hombro, como si buscara a alguien más interesante”.
La reina Isabel y Donald Trump tenían una ‘relación genuina’
