Anthony Hopkins ‘nunca tuvo idea’ de que era alcohólico

El actor de 87 años está cerca de cumplir medio siglo de sobriedad, pero ha confesado que desconocía el ‘dolor’ que causó debido a su consumo excesivo de alcohol cuando era joven.

Anthony Hopkins “nunca tuvo idea” de que era alcohólico.

El actor de 87 años está cerca de cumplir medio siglo de sobriedad, pero ha confesado que desconocía el “dolor” que causó debido a su consumo excesivo de alcohol cuando era joven.

Hopkins escribe en su nuevo libro de memorias, We Did OK, Kid: “Mis recuerdos de aquella época son vagos. Durante mis años de alcoholismo causé mucho dolor. Nunca tuve idea de que era alcohólico. Rara vez un bebedor empedernido se da cuenta de ello sin algún tipo de intervención, e incluso entonces, lleva tiempo asimilarlo. La negación es el mayor asesino. Y yo seguía atrapado en las garras de mi adicción, aunque cada vez me resultaba más difícil negarlo”.

La estrella de El silencio de los inocentes añadió: “El alcohol está bien si se puede controlar; creo que puede ayudarte a superar ciertas situaciones incómodas, a ser parte de una vida alegre. Pero tiene un precio. El placer de beber es como un escorpión: su cola es letal”.

Hopkins recordó cómo se dio cuenta de que era alcohólico a los 37 años, después de que su médico le dijera que tenía la condición física de un hombre mucho mayor.

El actor galés escribió cómo su médico le advirtió: “Tienes los primeros síntomas de problemas hepáticos. Podría convertirse en cirrosis. También tienes inflamación del páncreas y los pulmones se te están congestionando. Te recomiendo encarecidamente que dejes de fumar inmediatamente. Fumar es más mortal que el alcohol. Provoca estasis en las arterias y las venas. El alcohol en exceso también es mortal. No hace falta que te lo diga. Ya lo sabes. Así que, amigo mío, la decisión es tuya”.

Anthony ha estado sobrio desde diciembre de 1975 y admite que dejó el alcohol después de conducir su coche por Beverly Hills completamente borracho una noche de sábado.

Escribió: “Conduje ese coche toda la noche desde Arizona sin saber lo que hacía. Pude haber matado a alguien. Pude haber acabado con toda una familia. Me enteré de lo que había hecho cuando fui a ver a mi agente y le dije: ‘¡Me han robado el coche!’, y mi agente me dijo: ‘Nadie te lo robó. Te encontramos en la carretera. Si no, ahora mismo estarías en la cárcel'”.

Hopkins continuó: “Cuando se me pasó la borrachera, miré hacia los eucaliptos y di gracias a Dios de que nadie hubiera muerto aquella noche. Imaginé a mis padres en Gales enterándose de que había matado a alguien o me había suicidado. Vi cómo se desvanecían sus esperanzas. Escuché una voz que me preguntó: ‘¿Quieres vivir o quieres morir?’, ‘Quiero vivir’, respondió una voz desde algún lugar muy profundo dentro de mí. Entonces oí una voz que decía: ‘Ya todo ha terminado. Puedes empezar a vivir’. Se me quitaron las ganas de beber. Eran las once de la noche del 29 de diciembre de 1975”.