La cantante empezó a mejorar tras mudarse a Nueva York este año con sus dos hijos, River y Remington
La cantante Kelly Clarkson se ha expresado sin ambages sobre la profunda depresión que desarrolló tras su separación y posterior divorcio de Brandon Blackstock, su exmarido y padre de sus hijos River y Rose, de nueve y siete años, respectivamente. La intérprete nunca ha querido entrar en detalles sobre la ardua batalla legal en la que se vio envuelta junto a su ex, que se saldó con una manutención de 200.000 dólares mensuales para el empresario, hasta 2024, y la posesión de la finca, en calidad de inquilino con derecho a explotación, que la artista posee en el estado de Wyoming.
Aunque prefiere no hablar abiertamente de ese suplicio judicial y económico, la también presentadora ha dejado claro que el fin de su matrimonio, con todo lo que trajo consigo, la sumió en una situación de profundo estrés y tristeza. Este año, la estrella de la música decidió cambiar de aires y mudarse con su prole a Nueva York para iniciar una nueva etapa: una decisión que está teniendo efectos muy positivos para todos ellos.
“A nivel emocional, estoy mejor”, ha señalado la que fuera ganadora de la primera edición de ‘American Idol’ en el año 2008. “He estado muy deprimida durante los últimos tres años, quizá desde un poco antes, siendo sincera. Creo que realmente necesitaba el cambio, también por mi familia. A mis hijos les está yendo muy bien, todos estamos mucho mejor después de empezar de cero”, se ha sincerado en conversación con la revista People.
Uno de los aspectos que Kelly Clarkson aprecia más de su experiencia en la gran manzana es la relativa tranquilidad que vive en sus calles, lo que le ha permitido desconectar de sus problemas y de la presión de la gente. “Tenía la impresión de que tenía que seguir adelante y no dejar de sonreír para agradar a los demás. Llega un punto en el que no puedes vivir una doble vida. Soy muy buena a la hora de poner buena cara, pero no puedes hacerlo siempre”, ha admitido.
“Antes de acatarrarme -gracias por ello, chicos-, podía salir a la calle y caminar al trabajo todos los días. Esta ciudad es hermosa, tiene una gran energía. Está siendo increíble”, ha añadido la artista sobre la alegría que le transmite la ciudad de los rascacielos, al margen de los resfriados ocasionales que atribuye a sus niños.