La estrella del pop de 39 años habló sobre cuáles son sus ‘banderas rojas’ en estos días y admitió que no se acercaría a nadie que ‘cambie las porterías’ de una manera emocional.
Katy Perry “ya no se siente atraída por los narcisistas”.
La estrella del pop de 39 años, que estuvo casada con el comediante Russell Brand de 2010 a 2012 y también ha salido con Travie McCoy y Diplo, pero ahora tiene una hija de cuatro años, Daisy, con su prometido Orlando Bloom, habló sobre cuáles son sus “banderas rojas” en estos días y admitió que no se acercaría a nadie que “cambie las porterías” de una manera emocional.
En un avance de su entrevista en el podcast ‘Call Her Daddy’, Katy dijo al presentador Alex Cooper: “Ya no me atraen los narcisistas. Cualquiera que esté constantemente cambiando la portería o tirando de la manta emocionalmente, no. Cualquiera que diga que te conoce mejor que tú mismo. Alguien que simplemente no quiere ayudar”.
La intérprete de ‘Woman’s World’ reveló entonces que el camino a su corazón pasa por la limpieza, ya que puede comprarse regalos caros, y bromeó diciendo que si la sorprendieran con una cocina reluciente, recompensaría a un hombre con intimidad física.
Dijo: “Si bajo las escaleras y la cocina está limpia, y tú lo has hecho todo, y has lavado todos los platos, y has cerrado todas las puertas de la despensa, ¡más vale que estés listo para todo el amor que te daré! Quiero decir, literalmente. Ese es mi lenguaje del amor. No necesito un Ferrari rojo. Puedo comprar un Ferrari rojo. Sólo lava los platos”.
A principios de este año, la estrella de ‘Piratas del Caribe’, de 47 años, admitió que “no cambiaría su relación por nada”, a pesar de que las cosas pueden ser difíciles porque ambos están tratando de desarrollar por sus propias carreras.
Durante una participación en el podcast ‘¿Y ahora qué?’, el actor indicó: “No lo cambiaría por nada, incluso cuando a veces me siento como, ‘¿cómo hacemos esto?’. Porque tenemos estas dos carreras y vidas gigantes, y la de ella es incluso, ya sabes… es como un universo a veces. Pero creo que sigo volviendo a ella y tratando de tomarle de la mano y acompañarla de vuelta al foso de arena para decirle… ‘vamos a construir un castillo de arena'”.