La cómica se trasladó recientemente a Irlanda desde su casa en Estados Unidos en protesta por la nueva presidencia de Donald Trump, y ahora ha contado el tormento de su pequeño debido a su autismo e identidad no binaria.
Rosie O’Donnell ha revelado que su hijo Clay, de 12 años, sufrió aislamiento y miedo.
La cómica, de 63 años, se trasladó recientemente a Irlanda desde su casa en Estados Unidos en protesta por la nueva presidencia de Donald Trump, y ahora ha contado el tormento de su pequeño debido a su autismo e identidad no binaria.
Así lo dijo a la revista PEOPLE: “No salíamos de casa. Éramos Clay y yo. Y se volvió muy aislante y muy solitario”.
Rosie añadió que, durante años, Clay prefirió permanecer en su propio mundo: dibujando, viendo clips de YouTube y refugiándose en el silencio.
La cómica y actriz temía lo peor al ver que el comportamiento de Clay era cada vez más preocupante.
Dijo: “Tenía miedo porque los dibujos de Clay eran cada vez más oscuros y algunos de sus pensamientos me asustaban. Tenía mucho, mucho miedo”.
El mundo de Rosie y Clay dio un giro cuando conocieron un programa de Guide Dogs of America, que empareja a reclusos con perros adiestrados para diversos fines, entre ellos ayudar a niños con autismo.
La conexión llegó a través de una fuente poco probable: el asesino convicto Lyle Menendez, que se puso en contacto con Rosie después de que ella expresara públicamente su apoyo a su petición de libertad.
Cuando Menéndez invitó a Rosie a visitarle a la cárcel, se enteró del programa y de su potencial para ayudar a familias como la suya.
Y añadió: “Nunca había estado alejada de Clay durante 10 días”.
Pero animada por Menendez, participó en el programa de formación de 10 días en febrero de 2024.
La experiencia fue transformadora para Rosie, que dijo sobre su participación: “Fue una experiencia de unión muy emotiva. Fue una de las cosas más catárticas que había hecho como adulta”.
Dos semanas después, Rosie trajo a casa a un labrador negro llamado Kuma, que rápidamente se convirtió en un salvavidas para Clay.
Afirmó: “Entramos en casa y su cola se movía y estaban encantados el uno con el otro”.
Desde la llegada de Kuma, Rosie dice que su vida ha cambiado irrevocablemente: “De repente había esta fuerza conectiva viva en la casa entre nosotros”.
Rosie O’Donnell revela que su hijo Clay, de 12 años, sufrió aislamiento y miedo
