Ozzy Osbourne tenía un plan B en caso de que no pudiera actuar en la reunión de Black Sabbath

La fallecida leyenda del rock fue ingresado en el hospital en mayo, apenas unos días después de regresar al Reino Unido con su esposa Sharon después de años de vivir en Los Ángeles y temía que su salud pudiera impedirle aparecer con sus antiguos compañeros de banda.

Ozzy Osbourne quería tener un plan B en caso de que estuviera demasiado enfermo para actuar en el concierto de reunión de Black Sabbath.

La fallecida leyenda del rock fue ingresado en el hospital en mayo, apenas unos días después de regresar al Reino Unido con su esposa Sharon después de años de vivir en Los Ángeles y temía que su salud pudiera impedirle aparecer con sus antiguos compañeros de banda en el gran concierto en su ciudad natal de Birmingham en julio, por lo que quería que se hiciera un video para reemplazarlo.

En un extracto de sus memorias póstumas Last Rites, que se publicaron en el periódico The Times, Ozzy escribió: “Tres días después de que finalmente llegamos a Inglaterra, estaba nuevamente en el hospital. Mi presión arterial me mantuvo así durante ocho días, durante los cuales no tuve nada que hacer más que preocuparme. Porque el espectáculo seguía creciendo. Cuando se anunciaron todos esos grandes nombres –Guns N’ Roses, Metallica, Steven Tyler de Aerosmith– pensé: ‘Santo cielo, va a ser como la respuesta del metal a Live Aid’. Acostado en la cama por la noche, pensaba: ‘No puedo ir, no puedo hacer esto’. Le decía a Sharon que mejor hiciéramos un video porque el escenario estaría vacío. Ella me miró como si estuviera loco. Me conoce mejor que yo. Sabía que solo tenía miedo”.

Sharon se negó a permitir que Ozzy hiciera un video de respaldo y le dijo que de todos modos se subiría al escenario incluso si su salud le impedía cantar.

Añadió: “Sharon dijo: ‘Miren, no habrá un plan B. No habrá video. No habrá nada pregrabado. Si no pueden cantar esa noche, simplemente hablen con el público y agradézcanles. Solo tienen que subir y ser Ozzy'”.

En el libro, la estrella de Iron Man admitió que sus problemas de salud, que incluían la enfermedad de Parkinson y problemas de espalda, casi lo mataron antes de regresar de EU.

Escribió: “Me anestesiaron a mediados de enero y rellenaron las grietas de mi delicada vértebra con este material de cemento humano. O sea, ya tengo tantas placas y tornillos dentro de mí, ¿por qué no echar una losa de hormigón ahí también? Luego tuve sepsis. Fue realmente una situación muy delicada. O sea, a mi edad, con párkinson, coágulos de sangre y todas esas cosas, tenía las mismas posibilidades de sobrevivir a una infección grave de sepsis que de ganar la siguiente temporada de Love Island… Toda la familia básicamente pensó que estaba perdido”.

Ozzy murió a los 76 años sólo dos semanas después de su último concierto repleto de estrellas.

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