Sydney Sweeney solía culparse por el divorcio de sus padres

La actriz de 28 años se mudó de Washington a Los Ángeles durante su juventud para perseguir sus ambiciones profesionales, pero admite que las presiones financieras finalmente afectaron a sus padres.

Sydney Sweeney solía culparse por el divorcio de sus padres.

La actriz de 28 años se mudó de Washington a Los Ángeles durante su juventud para perseguir sus ambiciones profesionales, pero admite que las presiones financieras finalmente afectaron a sus padres.

Al hablar en el podcast Awards Chatter de The Hollywood Reporter, Sydney compartió: “Estaba haciendo todo lo posible para mejorar mi currículum, conseguir contactos y asegurarme de que mis padres no me abandonaran. Disfrutaba de mi infancia, pero también había muchas cosas sucediendo en mi vida en ese momento. Crecí en un pueblo pequeño y, al venir a Los Ángeles, como la mayoría probablemente sepa, los precios eran una locura. Nada que ver con mi país de origen. Mi padre perdió su trabajo. Mi familia se declaró en bancarrota cuando yo tenía 16 años. Se divorciaron, y sentí que gran parte de la culpa era mía, porque los había traído a la ciudad y les había dado un impulso a sus vidas, y me culpé durante mucho tiempo”.

Sydney ha disfrutado de un ascenso meteórico en los últimos años, pero anteriormente admitió que todavía está “navegando” por la fama.

La actriz, que ha protagonizado películas como Either but You, Madame Web e Immaculate, le dijo a ES Magazine en 2023: “Creo que todavía lo estoy navegando a diario porque quiero ser lo más auténtica y genuinamente abierta posible al público y a mis fans. Y creo que lo soy. Hablo mucho, soy muy abierta y probablemente será en mi detrimento, pero no sé cómo la gente puede esconderse detrás de una imagen. Al mismo tiempo, no le debo respuestas a la gente”.

Sydney explicó que todavía quiere tener su “propia paz y vida privada”.

La actriz, que terminó su compromiso con Jonathan Davino a principios de este año, dijo: “Soy una persona muy reservada en lo que respecta a mi familia y mis relaciones. Quiero que la gente sepa quién soy como persona, pero también siento que debería poder seguir teniendo mi propia paz y vida privada. Es un equilibrio extraño. Todavía lo estoy tratando de descubrir”.