La actriz de Anemone pasó la mayor parte de su infancia bajo tutela y fue abusada sexualmente por trabajadores residenciales a la edad de 13 años, y está agradecida de que el ‘trauma’ por el que pasó no la haya llevado a una muerte prematura.
Samantha Morton cree que es un “milagro absoluto” que todavía esté viva.
La actriz de Anemone pasó la mayor parte de su infancia bajo tutela y fue abusada sexualmente por trabajadores residenciales a la edad de 13 años, y está agradecida de que el “trauma” por el que pasó no la haya llevado a una muerte prematura.
Así lo dijo a la revista Sunday Times Style: “Es un milagro que esté aquí hablando con ustedes hoy. Cuanto más vieja me hago y más reflexiono, más pienso que es un absoluto milagro no estar muerta. Conocer amigos que han muerto o se han quitado la vida debido al trauma, los efectos del mismo… Cada día leo sobre otra niña que ha muerto innecesariamente, según creo, debido al abandono, la violencia y el abuso. Situaciones en las que la niña no tiene derechos ni puede defenderse, y luego, años después, se presentan las consecuencias de ese trauma, que tiene un impacto tan negativo en el adulto. No solo sufre el individuo, sino también la sociedad”.
La actriz de 48 años, que tiene tres hijos con su marido Harry Holm, siente que tiene el “deber de cuidado” de hablar sobre las dificultades que enfrentan los niños bajo tutela y mantiene su llamado a que los consejos que no eviten las muertes de esos jóvenes enfrenten cargos de homicidio.
Ella dijo: “Siento que se me permite tener una opinión como actriz porque tengo experiencia en estas cosas. Ahora a todos los llaman famosos. Yo no me siento como tal, pero la gente no quiere famosos. Están hartos de que les digan qué hacer, de que se suban a la tarima. Pero yo lo abordo desde otra perspectiva: desde la experiencia, la compasión y el deseo de destacar y educar, no de señalar con el dedo y decirles lo que deben hacer o creer. Sinceramente creo que es mi derecho hablar sobre esto. No es solo mi derecho, es mi deber de cuidado. Tengo que decir algo. No puedo callarme. Así que no es solo una obligación, es lo que tengo que hacer para ser yo misma. Es sentido común, como respirar es sentido común”.
La actriz de In America, que denunció haber sufrido abusos ante trabajadores sociales y la policía, pero ninguno tomó medidas suficientes, no cree que se llevaran a cabo controles lo suficientemente estrictos sobre los trabajadores de cuidados residenciales cuando ella era joven.
Dijo: “Cuando era pequeña, no hacía falta un certificado policial para trabajar con niños y cualquiera aparecía y trabajaba en residencias. Y sí, había pedófilos. Había gente que se desquitaba con los niños, ya sabes, sin entender que muchos niños están ahí no porque tengan problemas con la policía o, ya sabes, porque no pueden ser adoptados. Sus padres murieron, o estuvieron hospitalizados por cáncer, o lo que sea”.
Samantha Morton cree que es un ‘milagro absoluto’ que todavía esté viva







