Jennifer Lawrence es ‘muy buena para dejarse llevar al final del día’

La actriz ganadora del Óscar ha disfrutado de una carrera enormemente exitosa en Hollywood, y se siente afortunada de no llevarse el trabajo a casa.

Jennifer Lawrence es “muy buena para dejarse llevar al final del día”.

La actriz ganadora del Óscar ha disfrutado de una carrera enormemente exitosa en Hollywood, y se siente afortunada de no llevarse el trabajo a casa.

Ella le dijo a Variety: “Mi mal hábito es que soy tan buena en dejarme llevar al final del día, que no pienso en el día siguiente. Y luego es una locura en el tráiler de peluquería y maquillaje”.

Jennifer, de 35 años, cree que su enfoque es beneficioso para su vida personal. Sin embargo, reconoce que puede hacer que su vida laboral sea más estresante de lo necesario.

Así lo indicó: “Es genial para mi vida. Hace que no me vuelva loca, pero a la mañana siguiente es un infierno. En Silver Linings Playbook tuve una escena en la que solo le gritaba estadísticas deportivas a Bob De Niro, y obviamente es difícil de memorizar. Son solo números y deportes, que no me interesan. No sabía que tenía que hacerlo hasta el día de la escena, y era Robert De Niro y yo pensaba: ‘No voy a hacerle perder el tiempo’. Así que ese es un ejemplo de algo muy malo”.

Mientras tanto, Jennifer admitió previamente que sufrió dudas sobre sí misma antes de dar a luz a su primer hijo.

La estrella de Hollywood señaló que no sabía qué esperar de la maternidad y cómo afrontaría el desafío de criar a un niño.

Jennifer, que tiene a Cy, de tres años, y un hijo llamado Louie, que nació a principios de este año, dijo a la revista Vogue: “Da mucho miedo hablar de la maternidad. Sólo porque es muy diferente para cada persona. Si digo que fue increíble desde el principio, algunos pensarán que al principio no fue tan increíble para mí y se sentirán mal. Por suerte, tengo muchas amigas que fueron sinceras y dijeron: ‘Da miedo. Puede que no conectes de inmediato. Puede que no te enamores de inmediato’. Así que me sentí preparada para perdonar. Recuerdo caminar con una de mis mejores amigas y pensar: ‘Todos dicen que querré a mi bebé más que a mi gato’. Pero no es cierto. ¿Quizás lo querré tanto como a mi gato?”.