Meghan, duquesa de Sussex y el príncipe Harry ‘se sentaron en el suelo’ cuando su perro era operado

El profesor Noel Fitzpatrick, estrella del programa de televisión británico The Supervet, reflexionó sobre cómo operó al beagle de la pareja real, Guy, en 2017, cuando el perro resultó herido.

Meghan, duquesa de Sussex y el príncipe Harry “se sentaron en el suelo” cuando su amado perro era operado.

El profesor Noel Fitzpatrick, estrella del programa de televisión británico The Supervet, reflexionó sobre cómo operó al beagle de la pareja real, Guy, en 2017, cuando el perro resultó herido.

Fitzpatrick, de 58 años, declaró al periódico The Times: “Meghan me llamó desde Canadá, donde vivía en ese momento, para decirme que Guy, su beagle, se había escapado y lo habían encontrado con dos muñecas rotas (el carpo). ¿Lo operaría? Acepté y ella lo trajo”.

El veterinario continuó: “El duque y la duquesa se sentaron en el suelo. Comimos pastel. Guy estaba curado. Vivió hasta enero de este año y recibí una maravillosa nota de agradecimiento de Meghan, lo cual fue muy dulce”.

Meghan reveló en una emotiva publicación de Instagram en enero que Guy, a quien adoptó en 2015, había fallecido tristemente y recordó que el cuidado de Fitzpatrick y su equipo había cambiado la vida del perro.

La miembro de la realeza de 44 años escribió en redes sociales: “Sufrió un terrible accidente antes de mudarme al Reino Unido, que lo obligó a someterse a cirugías durante varios meses y no pudo salir de la clínica. Los médicos dijeron que nunca volvería a caminar, pero el Dr. Noel Fitzpatrick dijo que podría hacerlo. H (Harry) y yo solíamos conducir tarde por la noche, fuera del horario laboral, para ver a Guy mientras se recuperaba en Surrey durante meses seguidos”.

Agregó: “Siempre estaré agradecida con Noel y su equipo del Queen West Animal Hospital en Toronto, nuestros veterinarios actuales y mis amigos y la comunidad: gracias por amarlo tanto”.

Mientras tanto, Fitzpatrick también tuvo un encuentro real con la difunta reina Isabel, donde ambos discutieron sobre el cuidado de los animales durante el almuerzo.

Recordó: “Ella dijo todo tipo de cosas de las que nunca hablaré, pero sí, charlamos durante una hora y media. Le interesaba lo que se llama un módulo de integración dérmica, utilizado en prótesis animales (un dispositivo médico que ayuda a que la piel se integre con un implante), porque es como una cornamenta que crece en un ciervo. Quería saber cómo la piel se convertía en metal. También le interesaba saber a qué hora del día debía darles las pastillas a sus perros, y hablamos sobre la dislapsia de cadera. Tenía un montón de preguntas”.